miércoles, 16 de febrero de 2011

Regreso a las andadas

Y vuelve la montaña rusa. Hoy he empezado el día con mal pie debido a las circunstancias del destino o lo que sea eso que nos depara en el futuro, tal vez algo que no se pueda evitar. Frío, sueño, información a medias... Y para rematar, con esta mierda que nos toca a las mujeres cada mes, estoy fatal. Y no por el dolor que sufrimos físicamente sino por otro tipo de sufrimiento. Cuando no estás acostumbrada a su frir cambios de humor cada dos por tres y te pasa esto, te extrañas, te sorprendes a ti misma, piensas "Pero si ésta no soy yo ¿Qué me pasa?", es como si algo te afectara al cerebro. Me siento débil e indefensa, me hace daño cualquier cosa, cualquier tontería, y no me gusta nada, porque siento que también estoy haciendo daño de esta manera a la gente que me importa. Ya queda menos, supuestamente tres días... Con buena suerte sólo dos, con mala, cuatro más. Espero que esto cese pronto, quiero sonreír incluso sin motivo y que los demás estén a gusto a mi lado, y no sentirme despreciada ni poco querida, quiero sentirme bien, quiero sentir que importo, quiero sentir que mis sentimientos hacia los demás son recíprocos.

sábado, 12 de febrero de 2011

Ley de Murphy: "Si algo puede salir mal, saldrá mal"

Pero vamos a ver... ¿Qué vida es ésta? ¿Es que no me puedo alegrar de que me pase algo bueno porque me pasará algo malo? Es que yo no lo entiendo, vamos. Me pasó algo horrible que me dejó bastante mal, estuve sufriendo durante una semana entera, acabé cansadísima. Al final de la misma, la cosa mejoró y dejé de sufrir, ¿Pero qué pasa? Que crees que ellos son tus amigos, que te quieren porque te dicen que les importas, que eres muy importante para ellos, ¿Y qué te dicen dos días después? Que ya no es así, que su forma de pensar y de sentir ha cambiado, que ya no le importas a esa persona. Entonces ¿Qué debo pensar? ¿Que me está mientiendo para que la odie? ¿Para protegerme? ¿Que sólo era una gran mentira el que me quería? ¿Que sus palabras no eran sentidas? ¿Que yo me las creí por ser tan ingenua? Pues... Genial, sencillamente genial. Es la mejor forma de aprender a no confiar en la gente simplemente porque te digan lo que necesitas oír y no la verdad.

La verdad... La verdad es algo muy poderoso y frágil. ¿Por qué se supone que debo creerle cuando me dice que nunca miente? ¿Qué debo hacer en este momento? ¿Hablar con la persona de mis preocupaciones? No, ¿Para qué? No serviría de nada. Entonces... ¡¿Entonces qué demonios hago?! Esperar... Como siempre. Y fin.